Las personas del colectivo LGTBIQ+ soportan cada día como se les
humillan, como reciben agresiones verbales, agresiones físicas, humillaciones
en público; si tu estas entre ese público y no haces nada, eres una persona
cómplice. Odiar o no a una persona por cualquier motivo es una decisión.
Nos
da miedo el cambio, nos da miedo lo diferente. Somos borregos que nos dejamos
manejar por un grupo de personas que gobiernan un país y que por el simple
hecho de ver a personas seccionadas con diferente patrón quieren cortarles las
alas, cortarles su dignidad, su personalidad, sus deseos….
A lo largo de toda la historia, las personas homosexuales eran encerradas
y les provocaban descargas eléctricas para curar “esa supuesta enfermedad”, les
han fusilado y tirado en medio de la nada, les han perseguido, les han
chantajeado con contar su secreto, les han responsabilizado de contagiar
enfermedades. Eternos discriminados.
En la actualidad sigue existiendo homofobia, aunque pensemos que ya
están integrados en la sociedad. “integrados” que palabra ¿verdad?... En pleno
siglo XXI, siguen siendo humilladas, perseguidas, escupidas, agredidas,
asesinadas…. De la peor manera que se
puede asesinar a una persona. Muchas
familias siguen sin aceptar que sus hijos/as pertenecen al colectivo LGTBIQ+ y
muchas de ellas les han echado de sus hogares haciendo todo lo posible por que
se sientan culpables de ello. Otras muchas por su puesto aceptan a sus
hijos/hijas. No quiero generalizar.
“Podéis ser pareja, pero por favor no lo llames matrimonio” “lo que
tenéis no se puede llamar familia” “vuestros hijos/hijas no van a estar tan
bien cuidados/as como con unos padres heteros” “Si tiene padre/madre homosexual
seguro que sus hijos también salen así” “gais normales no como esas locas que
salen en las carrozas” “yo los acepto pero que se besen en privado” …
¿Lo habéis escuchado alguna vez?
Basta de querer invisibilizar a las personas por su orientación sexual,
porque no se identifiquen con su cuerpo, por pertenecer a otro país, por ser de
otro sexo y un largo etc. Ya basta. Nadie tiene por que encajar con nadie. El
mundo pertenece a todas con nuestras semejanzas y nuestras diferencias. Porque
si todas fuéramos idénticas la vida sería un completo aburrimiento.
Ya es hora de vivir orgullosas de lo que sois. Seguir luchando con
alegría porque también es una decisión. Y no hay mejor decisión que ser
felices.
¡Hola Saray! Esta semana me ha tocado el rol de comentarista y he decidido elegir esta publicación porque me parece una enorme injusticia que la sociedad juzgue a las personas por su orientación sexual.
ResponderEliminarComo tú bien dices,las personas somos personas, independientemente de cómo nos sintamos y de lo que queramos ser.
Estas personas tienen que aguantar día a día comentarios de ciertas personas que lo ven como algo malo, cuando en realidad lo que importa es la persona.
Buena elección, me encanta.¡Saludos!
¡Hola compi! me alegra saber que también te indigna este tema, pues sigue existiendo mucho rechazo hacia estas persoanas y cuantas más estemos luchando contra la lacra que discriminan al colectivo LGTBI antes pobremos acabar con esta injusticia.
EliminarAun queda mucho trabajo por hacer. Debemos ayudarnos para que se acaben las desigualdades.
un saludo.