¡Hola a todas!
Hoy en mi entrada semanal he decidido hablar sobre mujeres, feministas y católicas. Qué combinación tan rara ¿verdad?
¿Raro? ¿Por qué cada vez que una mujer dice que es feminista y católica nos escandalizamos? Me gustaría poder romper con los prejuicios y estereotipos que están establecidos al ser católica y sobretodo al ser feminista/católico. NO ES CONTRADICTORIO.
Juan Pablo II escribió:
En el cambio cultural en favor de la vida las mujeres tienen un campo de pensamiento y de acción singular y sin duda determinante: les corresponde ser promotoras de un ‘nuevo feminismo’ que, sin caer en la tentación de seguir modelos ‘machistas’, sepa reconocer y expresar el verdadero espíritu femenino en todas las manifestaciones de la convivencia ciudadana, trabajando por la superación de toda forma de discriminación, de violencia y de explotación. (…) Vosotras estáis llamadas a testimoniar el significado del amor auténtico, de aquel don de uno mismo y de la acogida del otro que se realizan de modo específico en la relación conyugal, pero que deben ser el alma de cualquier relación interpersonal.
Me gustaría dar una visión joven de lo que es ser católico en pleno siglo XXI y he pensado que una forma chula de hacerlo es pidiendo a alguien externa que os de su visión.
Ella es Estela y aquí os dejo su versión acerca de lo mencionado.
espero que os guste.
"Soy una mujer de 32 años, cristiana católica. Estudié enfermería y ejerzo como tal en un
centro para personas con diversidad funcional. En la actualidad estudio un Máster de
coaching semipresencial y, animo dos grupos de jóvenes de la JEC (Juventud Estudiante
Católica) en Cáceres. Además, formo parte de la Delegación de Relaciones
Interconfesionales de la Diócesis de Coria-Cáceres donde co-organizamos la “Marcha por la
Paz” junto a personas de diversas tradiciones religiosas y oraciones al estilo de Taizé entre
otras actividades.
Formo parte de una familia en la que la espiritualidad es un valor importante dentro de la
persona, además del amor, la base de la fe cristiana (“ama al prójimo como a tí mismo”Mt
22, 39).
Como mujer, en ocasiones resulta difícil encontrar tu papel en la iglesia, ya que durante
muchos años ha sido vanalizado y, considero que la única forma de cambiar esta situación
es colaborando y trabajando desde dentro.
Creo en la igualdad de las personas sin importar el género, procedencia o identidad sexual,
entre otras.
Considero de gran importancia el cuidado del ser humano como un todo integral, ya que, si
alguna de las partes que conforma a la persona se encuentra afectada (física, psíquica,
emocional o espiritual), las demás partes se resienten de ello. En gran parte de las
situaciones a las que me he enfrentado, tomando como referencia la premisa anterior,
resulta insuficiente la actuación de curar una herida tapando con un parche, hay que
desinfectar, arrastrar, lavar,... Y lo que sea necesario, porque en ocasiones, una sonrisa o
tomar a alguien de la mano y mirarle a los ojos mientras escuchas o, sólo estando en
silencio, puede ser la mejor cura.
Para terminar, me gustaría decir que si Jesús fuera coetáneo, acompañaría a las personas
que sufren y apoyaría el papel de cada cual, como protagonista de su propia vida,
adaptando el discurso y su forma de actuar a las necesidades actuales sin miedo."